Humanos en Construcción

Octubre, mes de la Salud Mental, nos invita una vez más a mirar hacia dentro, a detener el ruido de la productividad y escuchar el eco de lo que realmente somos. Pero, ¿qué tanto hemos avanzado los profesionales de la psicología en acompañar a la sociedad hacia su plenitud? ¿Cuánto nos falta por trabajar para integrar la mente, las emociones, el espíritu, la psicología, la economía personal y el cuerpo en un mismo lenguaje de salud integral?

Desde la psicología humanista, comprendemos que el ser humano no se reduce a un diagnóstico ni a una etiqueta emocional. Somos una totalidad: mente que piensa, corazón que siente, alma que busca sentido, cuerpo que expresa y finanzas que reflejan cómo nos relacionamos con la abundancia y el merecimiento. Sin embargo, aún vivimos en un modelo social que fragmenta al individuo: tratamos la mente sin mirar el alma, la economía sin mirar las emociones, o el cuerpo sin mirar la historia emocional que lo habita.

Los psicólogos y terapeutas tenemos una deuda con la sociedad: reconectar lo que el sistema ha separado. Aún nos falta comprender que la ansiedad no siempre nace del estrés laboral, sino del vacío existencial; que la depresión no siempre se cura con fármacos, sino con propósito; que las crisis financieras muchas veces son reflejo de nuestras creencias inconscientes sobre el valor y la culpa.

Nuestra tarea como profesionales no es solo aliviar el sufrimiento, sino educar en consciencia, promover una salud mental que no solo estabilice, sino que expanda. Enseñar que cuidar la mente también es cuidar las relaciones, la espiritualidad, la alimentación, el descanso, las finanzas y el tiempo que dedicamos a nosotros mismos.

La plenitud de vida no es una meta, es un proceso constante de autoconocimiento, reconciliación y amor propio.
Por eso, este octubre, más que conmemorar la salud mental, te invito a vivirla.
A reconocer que sanar no es eliminar el dolor, sino aprender a convertirlo en sabiduría.
Y que el bienestar no se alcanza con perfección, sino con coherencia.

Pregúntate: ¿Estás dispuesto a dejar de sobrevivir para comenzar a vivir en plenitud mental, emocional, espiritual, psicológica, financiera y física para convertirte en el protagonista consciente de tu propia sanación?

Porque mientras sigamos siendo humanos en construcción, seguiremos teniendo esperanza... Un abrazo fraterno de su amigo y psicólogo Jeovanny Molina.

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