Sanando el Alma, liberándote de las sombras y renaciendo con Fe.

La depresión, ese estado de oscuridad interna que muchas veces nos consume, no solo es un trastorno psicológico, sino también un reflejo profundo de nuestras interacciones con el mundo que nos rodea. A lo largo de nuestras vidas, no solo vamos acumulando nuestras propias experiencias y pensamientos, sino que también absorbemos las energías de los demás. Las energías negativas, aquellas que se transmiten de otras personas ya sea por malas intenciones, resentimientos o incluso por simples actitudes tóxicas pueden afectar profundamente nuestro bienestar. Estas energías son como sombras invisibles que, aunque no se ven, se sienten en el cuerpo, en la mente, en el alma y en el corazón.

La influencia de los demás puede dejar cicatrices invisibles que se traducen en pensamientos pesimistas, inseguridades y una profunda sensación de impotencia. Muchas veces, esa energía negativa se asienta en nuestro inconsciente, distorsionando nuestra percepción de la realidad y alimentando la depresión. Nos convencemos de que no somos dignos, que el mundo es un lugar lleno de maldad, y que nuestra existencia está marcada por el sufrimiento. Estas creencias, sembradas por las malas energías ajenas, se transforman en patrones mentales que nos anclan al dolor, impidiendo que veamos las posibilidades de transformación.

Sin embargo, como seres espirituales, tenemos el poder de cambiar nuestra realidad interna. La fe, esa conexión con lo divino, es la primera herramienta para sanar. Al entregarnos a Dios y confiar en Su presencia, podemos limpiar nuestro ser de la influencia de esas energías negativas. La fe nos permite reconocer que no somos solo lo que otros ven o lo que el mundo nos impone, sino que somos hijos de un Dios amoroso, llenos de dignidad, de luz y de potencial. Esta fe nos recuerda que las malas energías de los demás no tienen poder sobre nuestra esencia, ya que somos mayores que nuestras circunstancias.

El inconsciente, que guarda todas las huellas de lo vivido, también puede liberarse de estas cargas a través de la sanación espiritual y la práctica del mindfulness. El mindfulness nos permite estar presentes, enraizados en el momento actual, y así podemos identificar las energías ajenas que hemos absorbido sin darnos cuenta. Al tomar conciencia de ellas, podemos liberarlas, permitiendo que nuestra mente, cuerpo y alma se liberen de su influencia. Al estar plenamente presentes, podemos empezar a discernir nuestros propios pensamientos de los que nos han sido impuestos por los demás. Esta práctica no solo limpia nuestra mente, sino que también afecta positivamente a nuestro cuerpo y alma, al permitirnos estar en sintonía con nuestra verdad y nuestra energía vital.

La Programación Neurolingüística (PNL) es otra herramienta poderosa que podemos utilizar para transformar las creencias negativas heredadas de otros. A través de la PNL, podemos reprogramar nuestra mente para liberar esos patrones de pensamiento destructivos, reemplazándolos con creencias más saludables y constructivas. Al hacerlo, no solo limpiamos nuestra mente, sino que también liberamos nuestro cuerpo de las tensiones y bloqueos que resultan de la acumulación de energía negativa.

La sanación integral del ser, cuerpo, mente, alma y corazón se logra cuando comenzamos a observar las energías que nos afectan y las transformamos. Cuando integramos la fe, la práctica del mindfulness y las herramientas de la PNL, podemos restablecer nuestra paz interna, sanando las heridas del alma que la depresión nos ha dejado. Este proceso nos invita a recordar que no estamos destinados a vivir atrapados por las energías negativas de otros ni por las distorsiones de nuestra mente. Somos seres divinos, con la capacidad de restaurar nuestra salud emocional, mental y física a través de la conexión con nuestro ser interior y con la fuerza transformadora de Dios.

Al final de este proceso de sanación, surge una pregunta poderosa, que invita a la reflexión no solo desde lo físico y psicológico, sino también desde lo espiritual y emocional:¿Qué energías externas te han hecho creer que no eres suficiente, y cómo puedes, hoy mismo, liberarte de ellas para sanar y recuperar la paz que Dios ha colocado dentro de ti?

Un abrazo fraterno de su amigo y psicólogo Jeovanny Molina.

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