SANANDO HOY Y PREVINIENDO EL MAÑANA.

Este 10 de septiembre, conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Es un día en el que, como sociedad, nos unimos para romper el silencio sobre un tema que a menudo se evita: el suicidio. Cada vida perdida representa una tragedia irreparable, pero más allá de las estadísticas y los números, este día es un recordatorio de que la vida siempre vale la pena ser vivida. Aunque el dolor emocional puede sentirse abrumador, existen herramientas así mismo también estrategias para sanar y vivir el presente plenamente es uno de los pasos más poderosos hacia la prevención.

En mi experiencia como psicólogo con enfoque humanista, he visto de cerca cómo el suicidio puede dejar cicatrices profundas, no solo en la persona que lo intenta, sino en quienes rodean a esa persona. Pero también he sido testigo de la capacidad humana para sanar, para encontrar sentido en la adversidad y para aprender a vivir el presente de manera más consciente y auténtica. 

Es fundamental que comprendamos que el suicidio no es una solución al sufrimiento, sino un reflejo de una profunda desesperación que se puede abordar y tratar. Sanar las heridas del suicidio en el presente y elegir vivir el hoy con conciencia son caminos que nos llevan hacia la resiliencia y la recuperación emocional.

Una de las formas más efectivas de prevenir el suicidio es aprender a vivir el presente. En un mundo lleno de distracciones y presiones externas, a menudo nos olvidamos de prestar atención a lo que sucede dentro de nosotros. 

El dolor emocional puede acumularse sin que nos demos cuenta y es en estos momentos cuando la práctica de la autoobservación se vuelve crucial. Preguntarnos cosas como "¿Estoy relajado en este momento?" o "¿Qué está ocurriendo dentro de mí ahora mismo?" nos ayuda a conectarnos con nuestro estado emocional actual y a identificar señales de alerta tempranas antes de que el sufrimiento se convierta en una crisis. La vida puede ser increíblemente desafiante, pero cada instante tiene el potencial de ser una oportunidad para sanar, crecer y encontrar sentido.

La autoobservación no es solo una práctica psicológica; es una forma de cuidar de nosotros mismos. Al cultivar este hábito, comenzamos a estar más presentes con nuestras emociones y pensamientos, lo que nos permite abordar el malestar antes de que se intensifique. La autoobservación es la llave que nos abre la puerta hacia el bienestar emocional, porque cuando sabemos lo que sentimos, también podemos tomar decisiones más conscientes sobre cómo manejamos esas emociones.

Aquí algunas preguntas que puedes plantearte a lo largo del día para conectarte con tu estado emocional:

¿Estoy relajado en este momento? La tensión en el cuerpo puede ser una señal de estrés no reconocido. Notar si estamos tensos nos invita a relajarnos y a cuidar de nuestra salud física y emocional.

¿Qué pensamientos ocupan mi mente ahora mismo? Nuestros pensamientos influyen profundamente en cómo nos sentimos. Si detectamos pensamientos autocríticos o desesperanzados, podemos contrarrestarlos con afirmaciones positivas o buscar apoyo antes de que se intensifiquen.

¿Qué emociones estoy experimentando en este momento? Evitar nuestras emociones solo prolonga el dolor. En lugar de reprimirlas, debemos darles un espacio para ser expresadas de manera saludable. Sentir tristeza, frustración o miedo no nos hace débiles; nos hace humanos.

¿Estoy haciendo algo hoy por mi bienestar mental? El autocuidado no debe ser opcional. Tomar decisiones conscientes que favorezcan nuestro bienestar, como hablar con un amigo, hacer ejercicio o practicar la meditación, es fundamental para mantener una salud mental fuerte.

La prevención del suicidio no es algo que se pueda dejar al azar. Se trata de una combinación de estrategias individuales, familiares y comunitarias que, juntas, pueden marcar una diferencia significativa. Aquí algunas soluciones para sanar las heridas emocionales y prevenir que más personas sientan que no tienen salida:

Cultivar la conexión emocional: Una de las principales razones por las que las personas consideran el suicidio es el sentimiento de soledad y desconexión. Crear redes de apoyo emocional donde se fomente el diálogo abierto y sin juicios puede ser clave. Escuchar con empatía y ofrecer apoyo genuino puede hacer una gran diferencia.

Fomentar la resiliencia emocional: Todos enfrentamos desafíos, pero aprender a desarrollar la resiliencia nos permite enfrentar el dolor sin perder la esperanza. La educación emocional, desde una edad temprana, debe incluir técnicas de afrontamiento y gestión del estrés que ayuden a las personas a navegar por las dificultades sin recurrir a soluciones extremas.

Romper el estigma del suicidio y la salud mental: El suicidio sigue siendo un tema tabú en muchas culturas. Debemos romper el estigma y normalizar la búsqueda de ayuda. Los servicios de salud mental, las líneas de apoyo y los recursos terapéuticos deben ser accesibles y vistos como una parte esencial del bienestar.

Promover el autocuidado continuo: Cuidar de nuestra mente y cuerpo no debe ser un lujo, sino una prioridad diaria. La práctica del autocuidado, ya sea a través de la meditación, la actividad física, o simplemente el descanso, es una estrategia de prevención efectiva.

Para ello y como conclusión en este 10 de septiembre, alzamos nuestras voces para decir que la vida siempre vale la pena ser vivida. No importa cuán profundo sea el dolor o cuán oscura sea la noche, siempre hay luz al final del túnel. La vida es un regalo que, aunque a veces viene envuelto en desafíos y sufrimientos, también nos ofrece innumerables oportunidades para el crecimiento, el amor y la transformación.

Si tú, o alguien que conoces, está luchando contra pensamientos suicidas, busca ayuda hoy. Existen personas dispuestas a escuchar, a ofrecer apoyo y a caminar contigo en tu camino hacia la recuperación. No estás solo y tu vida importa. Cada día que eliges vivir es un día en el que te das la oportunidad de experimentar la belleza, el amor y la esperanza que la vida aún tiene para ofrecerte.

Este Día Mundial para la Prevención del Suicidio, recordemos que vivir el hoy no significa ignorar el dolor, sino enfrentarlo con coraje, con compasión hacia nosotros mismos, y con la certeza de que siempre hay un camino hacia la sanación. La vida, en su totalidad, es un viaje que merece ser recorrido.

¡La vida siempre vale la pena ser vivida!... Un abrazo fraterno de tu amigo y psicólogo Jeovanny Molina.


Comentarios

Entradas populares