NO TE CONOZCO, PERO QUIERO DECIRTE...

No te conozco y no imagino el caos de tu vida diaria, pero no quiero que te ahogues, no quiero que te asfixies en pensamientos negativos.

Por eso quiero decirte que todos hemos estado solos/as alguna vez. Todos hemos recibido golpes y silencios, cuando lo único que buscábamos era un abrazo y un “estoy contigo”.

No te conozco, no sé si crees en Dios, si crees en el amor, si crees en la humanidad, en el universo o en alguna fuerza cósmica. No sé si estás enojado/a con la existencia o decepcionado/a hasta de ti mismo/a. 

Por eso quiero decirte,  que no busques la fuerza fuera de tí, mejor es creer en ti y en que posees la fuerza capaz de transformar todas las cosas. Y recuerda que muchos han salido del infierno y han resurgido de sus propias cenizas.

No te conozco. No sé si lloras o si guardas todo tu dolor sin poder expulsar ni una sola lágrima. No sé si sueñas con alguien que te comprenda o si ya lo tienes y la tristeza no te permite apreciarlo. 

Por eso quiero decirte que te des la oportunidad de ser feliz. Busca las ocasiones para regalarte alegría. No seas severo/a contigo, no te tires abajo, no te menosprecies y mucho menos te culpes. Todos hemos cometido errores y fallado pero no debemos estar constantemente martirizandonos por ello.

No te conozco, ni imagino las heridas que guarda tu alma, ni los dolores que no te atreves a contarle a nadie. 

Por eso y por último sólo quiero decirte que no estás solo/a, que al igual que tú, muchos ya pasamos por esas tormentas, al igual que tú muchos aún continuamos peleando nuestras batallas y también tenemos nuestras recaídas y tropiezos. A fin de cuentas sólo somos seres humanos intentando hacer lo mejor que podamos con nuestras vidas y las circunstancias que nos tocan pasar.

¡Te envío un fuerte y fraternal abrazo aún sin conocerte pero tan fuerte y sentido como si te conociera desde siempre!

Con cariño: Psicólogo Jeovanny Molina.